Pienso en multiples ocasiones sobre el Dios que se reveló a mi vida cuando yo no le estaba buscando, pienso sobre como sería si El no me hubiera alcanzado, si la muerte hubiera hecho lo que sin mediar realiza a la perfección, en ocasiones solo puedo decir gracias y suspirar. Hoy que estoy del otro lado de la acera puedo gritarlo si es necesario: La vida no se trata de mejorar en la salud, ganar reconocimiento, alcanzar el "exito"...se trata de encontrar la razón misma de la existencia, el estar en paz con el Creador del universo. Pero vivimos en una falsa ilusión que nos envuelve, buscamos la felicidad, la paz y el sentido de la vida en cosas y mas cosas como que si la respuesta se encontrara en obtener los bienes de esta vida. Tratamos con todas las fuerzas de crear imperios, poder e influencia a fin de sentirnos dueños completos del destino y forjadores del mañana, cuando no podemos añadir un solo minuto a nuestra vida.
Mi intensión no es reflejar pesimismo, falta de diligencia, falta de visión o aspiraciones sino que tengamos elementos para meditar y poner en perspectiva lo que hacemos. Con muchisima frecuencia vemos personas que se encuentran en esta carrera por los logros y en su búsqueda por la felicidad (lo que piensan les dará sentido), incorporan en su formula a Dios no para tener solución a sus almas condenadas y perdidas sino para tenerlo como agente realizador de sus sueños.
Esto aparentemente es algo bueno ya que vamos a la Iglesia y hacemos promesas a fin de alcanzar aquellos planes que por años hemos deseado, incluso llegamos a dar dinero a la Iglesia a fin de asegurar lo que con vehemencia le pedimos a Dios. Esto, sin que lo comprendamos, es un insulto al Dios de la Gloria, tratando de comprar su favor sin comprometer el camino que amamos y que El busca detener para poder solucionar el mas grande de los problemas, el pecado.
En la palabra de Dios encontramos una palabra que Jesus dice a sus discipulos y a los fariseos en Lucas 16: 13, lo siguiente:
" Ningún siervo puede servir a dos señores, porque odiará al uno y amará al otro, o estimará al uno y
menospreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas".
Esta verdad dicha por Jesus nos aclara que no podemos simplemente añadir a Dios a nuestra formula, no porque no somos capaces de amar a Dios sino que el amor que es la base para obedecer no puede dividirse, es decir, si decimos que amamos a Dios debemos obedecerlo por encima de nuestros propios deseos. Cuando solo añadimos a Dios a nuestros planes para lograrlos pero sin comprometernos con Dios (obediencia), esto evidencia que nuestro amor por nuestros propios caminos son de igual importancia que él, mostrando odio al Todopoderoso por no considerarlo digno de todo nuestro amor. Cristo lo enfatiza, no se pueden servir a dos Señores, u odiamos a uno y amamos al otro pero no podemos amar a ambos. Si amamos el yo, la avaricia, el poder o el dinero será imposible amar a Dios porque solo podemos obedecer a uno.
La ilusion falsa nos lleva a suplir como "dioses" lo que necesita nuestra alma, es el camino mas engañoso que podemos vivir, porque divide nuestra integridad como humanos y la obediencia a Dios no es posible. Una vez que decidimos por sus misericordias el servir a Dios y no a las riquezas, El podria ademas de solucionar el gran problema del pecado que es el causante de todo, añadir por su gracia sabiduria y prosperidad pero no inverso.
Meditemos y escudriñemos nuestros caminos para ver si estamos sirviendo a nuestras aspiraciones o sirviendo a Dios.
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