Cúan importante es esta pregunta y cúan importante es la respuesta. Esta no fue la primera pregunta que hiciese Jesús pero es la más importante. Esta pregunta nos hace ver las dos dimensiones de la persona de Jesús, una es la que el hombre común puede ver y otra muy diferente es la que a sus discipulos se les ha concedido ver.
Sí, asi es, a los creyentes se nos ha concedido ver a Cristo como es realmente, el Hijo del Dios Viviente. El Hijo del Hombre como El mismo decia llamarse era visto por el común de los hombres como un profeta, un maestro o rabino y otros como un simple mensajero, pero a los creyentes por la obra sobrenatural del Espiritu Santo podemos ver toda la majestad del Salvador.(Juan 6:65) RV
Cristo Jesús vino a este mundo con una misión, reconciliar con Dios a la raza humana que decidió apartarse para siempre (Isaias 53:6) RV. El salvador prometido vino a Israel, pueblo creado para su gloria pero ni aun ellos pudieron reconocerle, su rebelión les impidió ver; muchos personas piensan que el mayor problema de la humanidad es la falta de intensión politica o el hambre o las enfermedades pero la realidad es que el primer y mayor de los problemas es el pecado.
La pregunta de Cristo a los discipulos buscaba en ellos y hoy en nosotros la misma respuesta, aunque el común de los hombres trate esta pregunta como de insignificante, nosotros los creyentes sabemos lo eternamente vital que es. En Romanos 3 la biblia nos revela que no existe ni un solo hombre, mujer o niño que sea bueno, descartando toda posibilidad de que podamos hacer obras dignas de merecer la salvación, entonces surge una pregunta: Entonces porqué los creyentes pueden ver a Cristo como Dios y los demas no?, por la misma razón, porque nos era imposible verle y El nos alcanzó por misericordia.
Los cristianos de todos los tiempos han sido alcanzados, no por su propia voluntad sino por voluntad de Dios porque al igual que los demas eramos digno de muerte por la justicia divina (Efesios 2:1-10), ahora bien si solo decimos que El es Dios y que nosotros los creyentes tenemos el privilegio de reconocerle, esto no nos hace diferentes a los demonios porque ellos ven, creen y tiemblan; pero lo que si nos diferencia es el sujetarnos a su señorio, es decir, obedecerle.
Si decimos que Jesús es el Hijo de Dios al igual que Pedro y los discipulos tenemos la gran responsabilidad de redirnos ante El y obedecerle. Nada es tan importante en los creyentes de esta generación para poder dar testimonio de la verdad. El mundo no necesita mas lideres informados, necesita hombres y mujeres que conocen, obedecen y se parecen a su SEÑOR.
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