El deleite suele asociarse con placer y lo es, no es posible dedicar nuestra intensión a algo o alguien si eso no produce en nosotros un placer en alguna manera y dicho en forma mas ordenada, un deleite. C.S Lewis decía que "la adoración es el fruto de la contemplación y que la alabanza era su clímax", es decir, que nosotros adoramos lo que contemplamos porque eso produce deleite/ placer en nosotros. Entonces si el ser humano es un buscador de deleite debemos decir que eso es un reflejo de nuestra naturaleza puesta por Dios.
Lo que decimos es que aunque el deleite/placer es relacionado con los mas bajos instintos del ser humano, la búsqueda del deleite proviene de Dios. Algunos dirán entonces "pues si busco el deleite en el ron, el sexo o la pornografía entonces no es malo", para esos que pudieran pensar así quiero decirles que si el deseo del Señor fuese que buscaras tu deleite en esas cosas tan pequeñas, Dios estuviera escodiendo/negando al hombre el mayor deleite existente, Dios mismo y esto es contradictorio a su deseo y naturaleza.
Fuimos creados para adorar y esa adoración es contemplar y esa contemplación produce deleite/ placer en nosotros. Todo lo que Dios creó lo hizo para que al contemplarlas estas evidencien su majestad, nos testifiquen su grandeza y terminemos buscando y encontrando el mayor de los deleites que si puede saciar nuestra alma por completo. Lo contrario de esto es cuando nos quedamos contemplando los deleites temporales de este mundo caido como si estos fueran los unicos y no existiera UNO MAYOR. Cuando esto sucede nos convertimos en adoradores de esos deleites lo cuales nos llevan al mal uso, abuso y dependencia convirtiendonos en esclavos. C.S. Lewis también dijo que cuando nosotros nos detenemos en esos deleites pequeños es porque nuestros deseos son muy debiles. Necesitamos redirigir nuestros deseos a un mayor deleite existente.
En Salmos 37:1-4 guia al deleite perdurable, al deleite que sacia el alma. Comienza diciendo que:
1) "No te impacientes a causa de los malignos..." esto evidencia que nosotros padecemos de una enfermedad que nos desahucia, el pecado en nuestra naturaleza que nos hace NO VER que los malignos son malignos y que lo que tienen proviene del mal camino y que no debemos inquietarnos/ impacentarnos porque ellos prosperan y nosotros no. La impaciencia o el afan por las riquezas es la raiz de todo los males (1 Timoteo 6:10). Quien de Nosotros no ha pensado que "cuando tenga dinero entonces sere feliz", en pocas palabras, "tendré el placer que he querido". Buscamos deleitarnos en lo que no sacia, querer dinero no es incorrecto pero el amar/deleitarse en el dinero produce destrucción, angustia, división y muerte. Terminamos esclavos de aquello que adoramos, el Salmo 115: 8 concluye que los que hacen idolos terminan siendo semejantes a ellos.
Concluimos que la impaciencia o afan por algo que no sea Dios es evidencia de un deleite que no sacia y debemos arrepentirnos delante de Dios por abandonar su gloria, nuestra satisfaccion en El, por algo terrenal y resultado de nuestra naturaleza caida. Lo bueno que tiene el afan es que sirve para evidenciar nuestra idolatria y cuando Dios nos habla y podemos verlo.
2) "ni tengas envidia de los que hacen iniquidad" La impaciencia es como agua de un rio contaminado pero la envidia es el veneno mortal. La envidia esta en el corazon humano como una calcoma agresiva, Dios revelando esta realidad las colocó en los dos ultimos mandamientos: "No desearas la mujer de tu projimo" " No codiciaras los bienes ajenos". La envidia es tomada como algo natural, pero es un mal que genera muerte. La envidia es la contemplación de lo que no es nuestro, es ver en lo del otro nuestro deleite y esto tampoco es el deseo de Dios para nosotros porque los en los bienes ni en la abundancia de ellos esta la felicidad del hombre dijo Cristo (Lucas 12:15). La envidia es avaricia y la varacia es idolatria y la idolatria es contemplar para deleitarse en persona o cosa pero no Dios. Cuando nos deleitamos en Dios es adoracion.
El Salmista David nos aconseja en este Salmo "Confia en Jehová y haz el bien", esta confianza es Fe y la fe nos conduce a buscar y depender de Dios en todo tiempo. Para muchos la fe es una especie de esfuerzo o disposición mental positiva, para otros una especie de enfermedad ridicula en un Dios muerto o distante que dejó al mundo a la deriva, pero la verdadera fe es un don de Dios que se fortalece al conocer más y más la verdad de lo que El hizo por amor a nosotros por medio de Jesús. La confianza en Dios nos libera de la ansiedad y la envidia, nos lleva a estar tranquilos porque su provisión es segura y lo mejor de todo es que los que tienen la fe biblica ya han descanzado del afan de salvarse por medio de sus fuerzas (obras) ya que Dios ofreció el sacrificio de Cristo (por gracia) como pagó de todos sus pecados, abriendo la puerta para que ahora se ocupe en conocerle, contemplarle y deleitarse produciendo un gozo sobrenatural en su vida por la contemplación de la gloria de Cristo en las escrituras.
" Porque Dios, que mandó que de las tinieblas resplandeciese la luz, es el que resplandeció en nuestros corazones, para iluminación del conocimiento de la gloria de Dios en la faz de Jesucristo". 2 Corintios 4:6
El delite en Dios mata nuestra idolatria.
Comments
Post a Comment